Lo llevo diciendo y comentando entre amigos y conocidos, ya hace bastante tiempo, que como esta situación, la mentalidad de los agricultores y profesionales del Aceite de Oliva, no cambie, vamos a ver imágenes y estampas en los campos de nuestra Andalucía, que nunca hubieramos querido que volvieran a repetirse, el ver arrancar olivares de molino, que tanto trabajo y sufrimiento a costado llegar a donde hemos llegado.
Con esto quiero decir que el campo es para trabajarlo y no para vivir, ni acostumbrarse de tantas subvenciones europeas, y por supuesto acostumbrarse a los tiempos en que vivimos.
Os paso el artículo publicado por ABC hoy 9 de agosto de 2010, en el que nos comunica que la crisis está afectando, enormemente al sectro del aceite de oliva y aceituna de mesa.
Las explotaciones olivareras de Andalucía, en su mayor parte «tradicionales extensivas», han dejado de ser rentables. Con los actuales precios de mercado no cubren los costes de producción y se mantienen básicamente gracias al pago único que no está garantizado que se mantenga en las actuales condiciones. En estas circunstancias, los olivareros demandan un cambio de política que devuelva al sector una estabilidad en los precios si se quiere garantizar la permanencia del olivar en Andalucía y que no se repitan los arranques masivos de olivos que se dieron en los años 70.
España es un país líder mundial tanto en producción de aceite de oliva como de aceituna de mesa y en Andalucía se produce más del 80 por ciento del total nacional. Según datos de Manuel Félix Moreno, gerente de Opracol, estas producciones «generan la mayoría de los puestos de trabajo y riqueza para más de 300 municipios de Andalucía que viven prácticamente de este monocultivo». En el mismo sentido, José Loring, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen "ESTEPA" Aceite de Oliva Virgen Extra, asegura que «la producción mundial de aceite de oliva ha venido siendo en los seis últimas años de una media de 2.817.500 toneladas y la media española en estos años ha alcanzado las 1.100.700 toneladas, es decir el 39 por ciento de la cosecha mundial. En aceituna de mesa la producción mundial ha tenido una media de 1.939.000 toneladas de las que en España se han producido, 503.000 toneladas o sea que casi el 25 por ciento de la aceituna del mundo es española».
La cuestión es si nuestras explotaciones olivareras pueden o no mantenerse en las condiciones de precios y costes que hay actualmente. Manuel Felix Moreno es contundente al afirmar que «con los precios actuales de mercado no se cubren los costes de las producciones». José Loring coincide plenamente y ambos recurren al último estudio de la cadena de valor elaborado por la Administración que da un umbral de rentabilidad de 2,4 euros/kilo «cuando el precio medio de la campaña está un 25 por ciento más bajo», según el gerente de Opracol.
Para el presidente del Consejo Regulador de la Denminación de Origen "ESTEPA" Aceite de Oliva Virgen Extra, la situación actual en que se encuentra el sector olivarero se pinta con algunos datos básicos, como es el hecho de que en los últimos 25 años los costes de producción no han parado de crecer, que el precio de intervención se ha suprimido y se ha sustituido por el establecimiento del Reglamento de Almacenamiento Privado pero con unos precios de referencia para poder activarlo que en la actualidad son un 31 por ciento inferiores a los costes producción y un 23,3 por ciento inferiores a los precios de intervención que había en 1992-93 último año en que existieron esos precios de intervención.
José Loring destaca otro factor muy negativo en el actual panorama del sector y es que «han desaparecido todas las ayudas específicas que había, lo que junto a la desaparición de los precios de garantía y la desarticulación total de las medidas que constituyeron en su día la OCM del aceite en los años 80, han dejado al sector al único amparo del Pago Único por Explotación».
Así, con la gran mayoría de las explotaciones olivareras produciendo a pérdidas, la principal demanda que hacen los olivareros a las administraciones públicas, tanto autonómica, estatal o comunitaria es que se pongan en marcha medidas para dar estabilidad a los precios y que estos sean rentables para el agricultor, pues como dice Manuel Félix Moreno, «la falta de incentivo económico provoca el abandono del cultivo con la consecuente pérdida de valor en todos los eslabones de la cadena».
Instrumentos de Mercado.
El gerente de Opracol demanda en concreto que se garanticen unos precios mínimos y estables, así como una PAC fuerte que proporcione una red de seguridad y una estabilidad de precios en beneficio no sólo de los productores sino también de los consumidores. Coincide con el presidente de Oleoestepa en que es conveniente conservar los Contratos de Almacenamiento Privado pero con precios actualizados para las distintas categorías de aceites y agilizando su desencadenamiento y funcionamiento. También opina que sería importante la puesta en marcha de un Plan de Reconversión que mejore la competitividad del olivar andaluz y que contenga medidas «que contemplen la vocación natural de los distintos tipos de olivar para evitar su arranque».
Por su parte, el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen "ESTEPA" ACeite de Oliva Virgen Extra, José Loring, estima que si se quiere mantener el sector agrario europeo y en concreto el olivar, «hay que mejorar el sistema de Pago Único por Explotación actual y que, al fijar las nuevas ayudas, se tengan en cuenta criterios objetivos como el ser cultivos permanentes, diferenciar riegos de secanos, así como establecer planes de regionalización contemplando las zonas homogéneas en función de su producción que estará vinculada al nivel de empleo generado en cada explotación».
Asimismo, Loring reclama nuevos mecanismos de gestión de mercados, ya que la PAC actual no está cumpliendo el objetivo de dar estabilidad a los mercados agrarios. En este sentido, el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen "ESTEPA" Aceite de Oliva Virgen Extra, propone no sólo mejorar el sistema de contratos de almacenamiento privado actualizando los precios a los costes de producción sino extender este mecanismo a la aceituna de mesa. Loring también demanda «flexibilizar y homogeneizar las normas de la competencia entre estados miembros, teniendo en cuenta las particularidades del sector agrario de forma que se incremente el poder de negociación por parte de los productores», por ejemplo con contratos tipos en los que se acuerden precios mínimos.
Otra de las medidas que pide el presidente del Consejo Regulador es que se propicie «la concentración de la venta en común con instituciones de segundo o tercer grado» y la «reación de códigos de buenas prácticas comerciales y contratos estándar a nivel comunitario», así como «mayor vigilancia de las prácticas potencialmente contrarias a la competencia en lo referente a abuso de posición dominante y venta por debajo de coste de producción».
Otras reivindicaciones son la «creación de un organismo de control que vigile la calidad de los aceites y su adecuación a lo establecido en la etiqueta, para lo que se necesitaría contar con laboratorios independientes así como con un sistema de penalizaciones». Por último, Loring propone también «crear un sistema de aseguramiento de ingresos para que las fluctuaciones de los mercados no afecten a la viabilidad de las explotaciones, compatible con la disciplina de la caja verde del OCM para amortiguar las fluctuaciones de los precios».
Medidas de modernización de explotaciones como planes de reconversión del olivar y fomento de la puesta en riego son otras reivindicaciones que comparten tanto el gerente de Opracol como el presidente del Consejo Regulador, para ahuyentar los fantasmas que ahora se ciernen sobre el sector.
Las cifras del olivar.
España produce el 39 % de la cosecha mundial de aceite y el 25% de la de aceituna de mesa Si sumamos a la producción española la de Italia, Grecia y Portugal, la UE produce el 75 % del aceite de oliva del mundo y el 36,3 de las aceitunas de mesa.
Otros países productores como Australia, Chile, Perú o Argentina entre otros producen sólo el 4%.
El consumo mundial de aceite de oliva ha crecido y absorbe toda la producción. El mayor consumidor mundial es la UE con un 67% del consumo mundial.
La UE lidera las exportaciones de aceite a nivel mundial y el primer exportador dentro de la UE es España, seguido por Italia aunque este país también importa grandes cantidades para consumo interno.
En cuanto al consumo de aceite no está creciendo tanto en los países productores del mediterráneo como en nuevos países consumidores caso de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Australia.